No sabía si era un pez, un pájaro
o una flor.
o una flor.
Sólo sabía que quería encontrar la coordenada
de la Libertad.
de la Libertad.
Entonces, cerró su OJO
y al fin pudo VER adentro.
Los millares de ojos que habitaban su piel,
registraban con sutil exquisitez,
registraban con sutil exquisitez,
la textura del entorno.
Milímetro a milímetro.
Instante a instante.
Escuchó, el SILENCIO.
Sólo así pudo comprender
su naturaleza indivisible con lo que lo rodeaba.
Ya no importaba si era un ave, un árbol, o un caracol
Existía.
y eso era todo lo que necesitaba saber.
por Indira Apartin*
No hay comentarios:
Publicar un comentario